martes, 27 de octubre de 2015

Actualmente participo como jugador en un equipo que milita en la tercera división autonómica gallega. La categoría más baja del fútbol en mi provincia. Y viendo cosas que pasan en los campos y charlando con otros compañeros de otros equipos y no sólo de fútbol, si no hablando con compañeros que juegan a baloncesto en este mismo nivel llego a una conclusión: la gente que juega en éstas ligas no tiene claro donde está jugando.



Empecemos dejando una cosa clara: si juegas en una liga como ésta, seguramente sea porque no tienes nivel para jugar en ligas superiores. Encontramos excepciones como: juegas con tus amigos y no quieres cambiar de equipo, eres mayor y ya no quieres mantenerte en un nivel más exigente, eres joven y estás empezando….

Tengamos en cuenta que son ligas para aficionados, ligas para amateurs, nadie va a vivir del fútbol jugando en ligas regionales, ya que casi es difícil vivir del fútbol jugando en ligas nacionales como 2ªB en algunos casos y 3ª división en la mayoría de ellos. Por tanto hay cosas que no concuerdan. Por ejemplo el nivel de agresividad de algunos jugadores, la intensidad que ponen en cada disputa, las contínuas protestas a los árbitros, comportamientos de los entrenadores o del público…



Lo que deberíamos tener claro es que este tipo de ligas son ligas para DISFRUTAR. Disfrutar del fútbol, disfrutar del deporte, disfrutar de los amigos que haces dentro de un equipo e incluso los amigos que haces en equipos rivales. Porque sí, se puede jugar contra otro equipo, ser competitivo y luchar para ganar y conseguir tus objetivos, pero manteniendo el respeto por el rival y forjando amistades en equipos rivales. Si esto pasa en el fútbol profesional donde se lucha por campeonatos, contratos millonarios, cambios de equipo… ¿Porqué no pasa aquí?

1º Posiblemente porque la gran mayoría de los jugadores de estos equipos nunca han recibido una formación a nivel de cantera, donde se enseñan unos valores y una manera de competir, donde un entrenador nos establezca normas de comportamiento desde pequeños, donde tengamos multas o sanciones por llegar tarde a entrenar, por hablar cuando no debemos, por protestar en los partidos…. Todo eso es un proceso de formación que no sólo forma deportistas, estamos formando personas desde pequeñitos. Enseñarles el valor a respetar a otras personas que no sólo son familiares, enseñarles el valor a respetar a los rivales a pesar de competir contra ellos. Todo esto podemos verlo en jugadores de altísimo nivel como podría ser Andrés Iniesta por ejemplo. Es un jugador que guste más o menos, creo que se caracteriza por mostrar siempre un gran respeto por el rival, no se le suele ver protestando de forma airada a los árbitros ni insultando o mostrando malos gestos al rival. Un auténtico modelo de comportamiento.

2º Muchos de los jugadores que disputan estas ligas son personas que trabajan durante la semana y el fin de semana buscan una vía de escape para liberar toda la tensión que han acumulado durante la semana. Y qué mejor manera que el fútbol. Esto vale tanto para jugadores como para afición y técnicos. En el campo se liberan las frustraciones de la semana, ya sea dándole una patada a un jugador del equipo rival, insultando al banquillo del otro equipo o actuando como un energúmeno en la grada. Tenemos que tener claro que el deporte está hecho para disfrutar, para DISFRUTAR, no para descargar tensiones en los rivales. Disfrutar a través de la competitividad, llevarte al límite una y otra vez, probarte en un contexto de deportividad…. todo esto no es compatible con la liberación de frustración y la agresividad mostrada por algunos jugadores. Si tiendes a ser impulsivo y has experimentado como tus reacciones te condenan pregúntate a ti mismo: "Esto que voy a hacer ¿tendrá consecuencias negativas para mí, para la otra persona o para el equipo?". Si la respuesta es sí, dale al botón de STOP. La rivalidad sana está en el deseo constante de mejorar para superarte a nivel personal, no para debilitar al rival ni hacerle daño.



Si juntamos esos dos factores, la falta de formación y la necesidad de liberar tensión y frustración, nos encontramos con un cóctel difícilmente controlable por los estamentos.
La única manera posible de solucionar ésta situación empieza porque los directivos de los clubes se posicionen a la hora de elegir los técnicos y los jugadores de sus clubes. Que los entrenadores tengan un perfil adecuado para dirigir a un equipo de este tipo, que los jugadores seleccionados acaten unas normas de comportamiento que se establezcan por parte del entrenador en consenso con los jugadores. Que se establezcan actitudes aceptables y actitudes que no se aceptan dentro del equipo y que el entrenador sea capaz de manejar esa situación, mostrándose firme en todo momento.


Lo ideal sería que este modelo  de comportamiento se llevase a cabo desde niños, por eso se insiste tanto en que sea el deporte que sea, hagamos que los niños practiquen algún deporte, ya sea fútbol, taekwondo, atletismo, baloncesto…. porque no sólo favorecemos su desarrollo físico, si no que hacemos que se desarrolle a nivel personal, empapándose de valores y de modelos de comportamiento adecuados. 

miércoles, 21 de octubre de 2015

Desentierro esta entrada, que fue mi primera aventura escribiendo en el blog, que habla sobre qué es ser un psicólogo que trabaja en el deporte. Voy a intentar matizar algo más algunas cosas que en aquel momento hace ya casi 2 años no conocía o que ahora domino mejor, aunque la esencia de la entrada será la misma.

Es habitual que cuando un club ficha a un psicólogo deportivo o le pide asesoramiento externo suelan aparecer reacciones de extrañeza o incluso negativas como ¡Pero si nosotros no tenemos ningún problema! ¿Hay algún "loco" en el equipo?

Esta situación es herencia de la poca comprensión que hay en nuestro país sobre la psicología, ya no solo deportiva si no la psicología en general. Normalmente cuando alguien va al psicólogo la gente suele pensar mal. Es algo que está cambiando poco a poco pero aún faltan muchos años para que ir al psicólogo se vea como algo normal y fuera de ideas preconcebidas.



La Psicología del Deporte es una rama de la Psicología como pueden ser la Psicología Forense, Clínica, Relaciones Humanas, para lo cual el profesional tiene y debe capacitarse adecuadamente para poder intervenir con todas las herramientas necesarias.
Muchas veces las ideas preconcebidas acerca de la Psicología hacen que sea muy difícil, por lo menos en nuestro país, integrarse en el ambiente deportivo.
Es muy importante dejar claro que los Psicólogos especializados en deporte no trabajan con pacientes sino con deportistas o equipos deportivos que quieren mejorar su rendimiento o llegar a la alta competencia. Rendimiento es una palabra clave en las definiciones de psicología deportiva.
       Para lograr la excelencia en el alto rendimiento deportivo es fundamental maximizar todos los recursos disponibles, tanto físicos y técnicos como los mentales. 
       Todos consideran y destacan que el aspecto mental es fundamental en el juego. Sin embargo, por lo general, los jugadores o equipos no cuentan con especialistas adecuados en la materia. 

La Psicología deportiva no es magia. En una sesión con un psicólogo deportivo, ya sea grupal o individual, el jugador o técnico debe poner, como mínimo,  el mismo empeño que el psicólogo en cuestión. Tiene que ser algo recíproco. Puedes tener a un gran psicólogo deportivo que realice bien las técnicas que si la otra persona no cree en lo que está haciendo o piensa que con su sola asistencia va a mejorar su rendimiento, la relación no va a funcionar. La sola inclusión del psicólogo en el medio deportivo no modificará actitudes ni mejorará aptitudes, sino que de la misma manera que se entrenan las habilidades físicas y requieren práctica para lograr un nivel óptimo, las habilidades psicológicas también deben entrenarse de la misma manera.



Si todos estamos de acuerdo en que el aspecto mental y psicológico es tan importante en el deporte, ¿porqué no lo entrenamos igual que los aspectos físicos, técnicos y tácticos? ¿Cuántas veces hemos oído hablar de falta de confianza, poca motivación, baja autoestima.... en la prensa deportiva semanalmente? 
Gran parte de los que participan del entorno deportivo, llámense deportistas, entrenadores u otros profesionales consideran de gran importancia el aspecto psicológico, si bien es cierto que es escaso el tiempo y la dedicación a entrenar las habilidades mentales que tienden a mejorar el desempeño deportivo.
Tanto el cuerpo como la mente desarrollan una interacción, hay muchos ejemplos de esto, tales como experimentar temor y ver cómo ésta percepción se acompaña de sudor, aceleración del pulso cardíaco... Lo cierto aquí es que muchas veces se entrena físicamente y se espera que el resto de las sensaciones se ajusten solas o con el tiempo. El cuerpo y la mente son uno solo. 


Rol del Psicólogo del Deporte:
  • Se ocupa de la asistencia a deportistas, atletas, equipos... así como también asesoramiento a entrenadores y profesores de educación física.
  • El asesoramiento y asistencia se encuentra enfocado a optimizar los recursos personales del deportista y a contribuir en el progreso de la calidad del manejo táctico y de comunicación
  • Se realizan perfiles para identificar las variables mentales a potenciar.
  • Se instrumentan técnicas para el entrenamiento de las habilidades mentales: concentración, visualización, manejo de estrés, control de ansiedad, miedos,  confianza... entre otras variables a entrenar.
  • El ámbito de trabajo no se limita al consultorio, sino que se extiende al campo mismo de la actividad física: campo, gimnasio, ambiente exterior... 
  • El secreto profesional rige del mismo modo que en la práctica clínica. Salvo que con el consentimiento del deportista se intercambie información con el cuerpo técnico con el fin de optimizar las mutuas intervenciones.


La Psicología del deporte nos da la posibilidad de entrenar y potenciar nuestras habilidades mentales ocupándose de:
  • Concentración: es esencial para alcanzar el máximo nivel para el que cada uno esta capacitado. El elemento principal de la concentración es la capacidad de focalizar la atención sobre la tarea que se está desarrollando sin distraerse con estímulos internos y/o externos.
  • Atención: íntimamente relacionada con la concentración, las distintas demandas deportivas requieren diferentes demandas atencionales, pudiendo ser estas estrechas, amplias, internas o externas según la situación lo requiera.
  • Motivación : Eje fundamental de la vida en general y del deporte y deportista en particular. Motivación como proceso, motivación que permite al deportista participar de su deporte debidamente orientado hacia objetivos y metas determinados y delimitados.
  • Auto Confianza : Es la creencia o el grado de certeza que los individuos poseen acerca de su habilidad para tener éxito en el deporte Es la creencia que se puede realizar satisfactoriamente una conducta deseada, por lo cual es de suma importancia trabajar esta variable.
  • Comunicación: Otra aptitud sumamente importante en la vida y mucho mas aun en el ámbito deportivo. La comunicación es esencial a la hora de trabajar con deportistas, no solo para ellos sino para la optimización del trabajo del entrenador y demás miembros del cuerpo técnico.

Algunas de las herramientas que utilizamos, que entrenamos y que generamos en el deportista para su  autoconocimiento, autodominio y autocontrol son:
  • Autoconocimiento: El deportista debe con el tiempo conocerse en detalle para saber cómo reaccionar ante determinadas situaciones, o emociones que lo asaltan. Debe poseer básicamente conocimiento de sus respuestas, de la influencia del entorno sobre si, como responde su cuerpo entre otras para poder utilizar adecuadamente alguna herramienta de autocontrol.
  • Relajación: La relajación puede ayudar a eliminar tensiones locales, facilita la recuperación cuando se dispone de poco tiempo de descanso, ayuda a evitar el exceso de tensión muscular, ayuda al comienzo del sueño y reduce el insomnio que puede ser frecuente previa competencia y postcompetencia.
  • Visualización: es una técnica que programa la mente para una tarea, no es magia, requiere práctica sistemática para ser efectiva. Involucra todos los sentidos, aunque “ ver con los ojos de la mente “ es más común, en el deporte todos los sentidos son importantes.
    Trabaja sobre las aptitudes mentales básicas como la motivación, autoconfianza, autoestima, autopercepción que colaboran con el establecimiento de metas, la autodisciplina en el entrenamiento, la actitud y el pensamiento positivo, establecer estrategias generales de desempeño....

Como psicólogo del deporte, se puede trabajar de varias maneras:
  • Directa: Dentro del club y del cuerpo técnico. Mantener relación con los deportistas habitualmente, ser capaz de comunicarnos con ellos, dar en la tecla que le hace falta a cada uno sin ninguna restricción.
  • Indirecta: A través del entrenador. Hay entrenadores que prefieren no tener a otra persona que esté "tirando de la cuerda" y es entendible, por lo que en esos casos podemos trabajar a través del entrenador. Ser capaz de asesorar al entrenador sobre qué hacer con cada jugador, como comunicarse con ellos, como dirigir un equipo y gestionar tanto los liderazgos como el estado emocional...
  • Externa: Desde fuera del equipo. Es la menos recomendable ya que no te permite hacer una observación directa. Siempre deberemos fiarnos de lo que nos dicen, que a veces no es lo más cercano a la realidad. Dificulta tener feeling con técnico y jugadores ya que no estamos metidos en la "vida de grupo".
Bibliografía: 
J.Williams : Psicología del Deporte
R.Weimberg y D. Gould :Fundamentos de la Psicología y la actividad Física.

martes, 6 de octubre de 2015


Hoy vamos a hablar del miedo, miedo ya no sólo en el deporte si no en la vida en general. Aunque los ejemplos tengan relación con el deporte, se puede aplicar a cualquier situación de nuestra vida en la que nos invada el miedo y creamos que tenemos poco que ganar y mucho que perder.
Vamos a ir paso a paso:
Hacer especial una situación es la peor forma de afrontarla.
Pensar que lo que haces habitualmente no te va a llegar para cumplir tu objetivo no te beneficia de ninguna manera. Primero porque siembras la duda en tus capacidades y segundo porque hacer de forma diferente algo que tienes entrenado de una manera determinada sin haberlo ensayado  antes tiene poca probabilidad de salir bien.

Si siempre llevamos a cabo una rutina previa a un partido, a una carrera, a un lanzamiento... ¿Porque la cambiamos para determinado partido "porque es un derby", o ante una determinada carrera "porque es la más importante del año" si lo que hemos hecho hasta ahora nos ha ido perfectamente?
El hecho de considerar una situación como mas difícil o mas especial que las anteriores cuando está claro que es igual es un error de principiante, y como es más difícil debemos hacer algo diferente, algo más de lo habitual.
Justo antes de competir repítete a ti mismo: "voy a hacer exactamente lo mismo que he hecho miles de veces en el entrenamiento". Ya que os voy a decir una cosa: para ser capaz de dominar plenamente algo, es necesario dedicarle al menos 10.000 horas de práctica. ¡10.000 horas! Por eso que cuando tenemos interiorizada una manera de trabajar, un gesto técnico... Resulta tan difícil "desaprenderlo" para empezar a hacerlo de otra manera.
Tener miedo ante una situación de alta presión es normal, pero eso es debido a que no afrontamos la situación de la forma correcta. Es igual el disparo número 50 que el disparo numero 2 o el disparo numero 100. Es igual el primer penalty que el segundo. 
Pero aun así hay métodos que aportan un plus de seguridad y confianza. No hay nada que de más confianza que haber vivido algo y haberlo hecho bien. De ahí que apareciese la visualización. Comprobar una y otra vez que la estrategia a seguir esta clara en la imaginación nos otorga una seguridad extra que no podemos desechar.
El miedo se debe en muchas ocasiones a creencias que tiene el deportista. ¿Qué es una creencia? Un juicio de verdad. Una opinión que emito porque estoy convencido de que es verdad.
Si hablásemos de mi perra, decir: "es la mejor perra del mundo" es porque realmente creo que entre todas las perras del mundo, la mía es la mejor. Eso no es una creencia negativa, creo que mi perra es la mejor del mundo, esto no me va a ocasionar problemas.

El problema llega cuando creemos que una persona es la única persona del mundo que nos puede hacer felices, por ejemplo. Si esa persona no quisiese mantener una relación estarías condenado a ser un desgraciado. En lugar de creer eso, debería creer que es una de las personas o de las pocas personas que me pueden hacer feliz.
Esta es una creencia rígida y limitante ("solo esa persona puede hacerme feliz"). Rígida porque no se adapta a una realidad cambiante y limitante porque nos genera expectativas negativas sobre la acción. 
Cuantas más cosas sagradas tengas en la vida, menos posibilidades tendrás de ser feliz. Ya que las cosas no son como Dios manda, las cosas son como son.... ¡Son como son! No aceptar esto dificulta la adaptación a la realidad.
Toda creencia que empieza por "todo", "nada", "siempre" o "nunca" tiene que ser cambiada, en vez de creer que solo una persona puede hacerme feliz, se trata de pensar que hay unas pocas.
Y la presión. Aquella que diferencia a los grandes deportistas de las leyendas en los momentos cruciales. Soportar la dificultad que implica combinar tareas diferentes sin demorarse ni un instante. Para poder con todo el deportista necesitara practica, método y una fuerte dosis de autocontrol. Si ante el primer error que se cometa se viene abajo, el desastre puede ser monumental. Al principio sufrirá, pero solamente cuando sufra mejorara su capacidad para tolerar volúmenes bestiales de trabajo. Y tolerar el estrés. A pesar de todo lo anterior, debe seguir pendiente de lo que toca en cada momento. Centrarse en aquello que depende solo de sí mismo y en aquello que le sirve para hacer bien su trabajo, controlar lo controlable.
El problema no consiste en ponerse nervioso ya que todo el mundo se pone nervioso ante una situación crítica, sobre todo cuando te estás jugando demasiado como para que no te importe el desenlace. El problema reside en aquellos cambios que realizamos por culpa de ponernos nerviosos. Estos cambios son los responsables de las derrotas y no los nervios. 

En este caso es bueno analizar con el deportista cuales son los cambios que realiza en su manera de competir cuando se pone nervioso. Una vez que sabes lo que cambias bajo presión, ya tienes hecho medio camino, ahora solo queda aprender a jugar bajo presión igual que lo haces normalmente. El mero hecho de tomar conciencia de estos cambios que realizas ya te va a ayudar a competir de otra manera. 
Aunque el hecho de introducir algún estimulo externo que le ayude a recordar lo que debe de hacer nos puede ayudar a que recuerde que no debe cambiar nada bajo presión. 
Una señal que no moleste a la hora de competir pero que sea fácilmente visible para el pero discreta ante los demás. Yo en este caso he pintado puntos en manos de los jugadores, una frase en su palma, un color diferente de tapón en la botella de agua de un portero...
Cuando creemos que tenemos más que perder que ganar percibimos amenaza, miedo y ansiedad. Cuando pensamos que tenemos más que ganar que perder lo percibimos como reto, motivación y ganas.
El truco esta en enfocar la competición de tal manera que, con independencia de lo que esté en juego, se perciban más posibilidades que limitaciones. 

 * Gracias a Pep Marí y su libro "Aprender de los campeones" por haberme dado ideas para esta entrada.
 
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