jueves, 3 de noviembre de 2016


Motivación: ¿qué es y cómo fomentarla?

La motivación es el conjunto de razones o causas que llevan a una persona a la realización de algo, consecución de unos objetivos o satisfacer unas necesidades.

Encontramos distintos tipos de motivación (y también la ausencia de ésta):

  Motivación interna: cuando se practica deporte por el placer inherente al mismo. Por ejemplo, los niños.
  Motivación externa: hace referencia a motivos extrínsecos al deporte en sí: fama, dinero, sociedad…
  Desmotivación: falta de intencionadlidad y por lo mismo, ausencia relativa de motivación. Experimentan sentimientos de incompetencia.

¿Cómo motivar?

  1º de todo…. Debemos hacernos dos preguntas:

  ¿Qué necesita el jugador?
  ¿Cómo puedo dárselo?

Una persona que necesita seguridad, se comporta con dudas. ¿Cómo puedes dársela? Proponiéndole una manera de hacer las cosas. Eso hará que se sienta seguro cuando está realizando la acción porque “esa es la manera adecuada de hacerlo y es lo que tengo automatizado”.

Alguien a quien le falta aceptación, intenta llamar la atención o se esconde. ¿Cómo puedes dársela? Hacerle sentirse protagonista. Darle un rol que le haga sentirse importante dentro del grupo.


Alguien a quien le falta sentido, empieza muchas cosas pero no termina ninguna, no persiste. ¿Cómo puedes ayudarle? Conectarlo con sus ilusiones. Conectarlo con aquello que realmente le apasiona y que le gustaría llevar a cabo con los ojos cerrados, intentar que estas ilusiones y nuestro objetivo tengan un nexo común. Encontrar una razón para realizar la acción, algo que llegue al corazón. Una vez le encontramos un sentido, llevará a cabo la acción duraderamente y con intensidad


miércoles, 29 de junio de 2016


El 27 de Junio de 2016 será recordado no como el día en que Argentina perdió la final de la Copa América Centenario contra Chile. No. Será recordado como el día en que Leo Messi falló un penalti en la tanda que le podía dar el título a Argentina. Será recordado por sus lágrimas posteriores. Pero sobre todo, será recordado por su posterior renuncia a seguir en la selección argentina.

"Para mí se terminó la selección. Ya lo intenté mucho, me duele no ser campeón con Argentina y me voy sin lograrlo. Son cuatro finales las que me tocó perder, tres seguidas. La verdad que es una lástima, pero tiene que ser así.”



Con éstas palabras se terminó (al menos de momento) el periplo de Leo Messi por la selección argentina. Y por primera vez Argentina pudo ver en el rostro de su estrella esos sentimientos que tanto decían que le faltaba. Por primera vez Argentina pudo ver llorar, sufrir y sobre todo, la soledad de Leo Messi. ¿Por qué se siente sólo? ¿Por qué se va?
‘La Roja’ chilena no sólo se hizo con el título, sino que volvió a poner frente al espejo a una selección albiceleste que de nuevo quedó al amparo de Leo Messi. Por tercera final consecutiva, Argentina no tuvo de quien tirar más allá de su estrella, y fue Chile, quién si no, quien así lo certificó.

Messi siente que a él se le exige más que a los demás. Siente que debe ganar un Mundial o una Copa América para ser digno de llevar ese 10 en la camiseta que antes que él portó “el pelusa”. Jugar a fútbol bajo ese nivel de exigencia (el más alto que te puedes poner) es algo casi insoportable. Sólo la victoria te vale, y ni siquiera eso te dejaría satisfecho, ya que era lo único esperable: solo valía ese resultado, era lo esperado.

En el Barcelona, a pesar de su condición de líder del equipo, reparte más esa responsabilidad al contar con jugadores como Luis Suárez, Neymar, Iniesta, Piqué…. En cambio en Argentina, nadie duda que Leo Messi es el crack absoluto a pesar de contar con jugadores como Higuaín, Agüero, Mascherano, Di María…. Argentina es un país que vive y muere por el fútbol, un país pasional en donde cuando su equipo gana es el mejor equipo del mundo y cuando su equipo pierde no vale para nada y hay que echarlos a todos.
Messi jugó una final apoteósica, un partido intocable, de una personalidad y arrojo que casi emocionan. Cogió cada balón a 50 metros y decidió que sería el último de su vida. Con mucho, el mejor partido de las tres finales... y a Argentina no le bastó. ¿Por qué? Pues porque nada de lo que le rodea, en estas circunstancias, es capaz de aportar algo que realmente le sirva a esa Selección no ya para ganar, sino para ser mejor. Argentina volvió a jugar lejos de portería, volvió a tener menos posesión que Alemania y las dos veces de Chile. Argentina no tiene capacidad de plantarse en una final y mandar. A Mascherano, Biglia, Rojo, Mercado, Di María, etc les falta calidad, jerarquía y en algunos casos, ambas cosas. Repito, siempre en el contexto de Argentina. Un contexto salvaje que además es tremendamente peculiar.



Las palabras de Maradona días antes no creo que hayan ayudado en ésta situación. Sentirse “despreciado” por un jugador al que admiras como todo argentino no tiene que ayudar en esta situación. Se siente sólo: sólo porque la AFA es un desastre organizativo, sólo porque la prensa argentina le culpabiliza de todo lo que le ocurre al equipo además de exigirle ser mejor que Maradona, sólo porque la afición necesita un título y sólo le vale ganar torneo tras torneo…. Y sólo porque no encuentra un compañero sobre el que repartir parte de esa pesada carga. Porque no nos engañemos, Argentina tiene muchos nombres pero pocos jugadores de auténtica élite: contamos a Di María, Mascherano y poco más. 

Pero, sobre todo, lo que siente Messi, es culpa. Sí, culpa. Culpa por no haberle dado a Argentina aquello que más desea que es un título. Messi se hace cargo, se ve responsable de no poder hacer feliz a su país. Siempre quiso jugar para Argentina pero no le puede dar una alegría. Se culpa de esas 3 finales en las que no ha podido corresponder a su país ganando un título que no ganan desde 1993. Pudimos verlo al acabar la final con Chile: un Messi inconsolable, llorando con la mirada perdida, con ese sentimiento de oportunidad perdida. Y van 3.

Y Leo Messi lloró, y Argentina comprendió que estos años con un % de victorias superior al 90% había sido una fantasía: siempre han criticado a Messi pero en el fondo sabían que sin el ésta fantasía no se habría hecho realidad y ahora se dan cuenta del daño realizado en el corazón de Leo.



Messi debería plantearse su decisión por un tiempo y sobre todo, si volviese a jugar con la selección, replantearse su manera de enfocarla: nadie puede jugar y ganar con una mochila tan pesada a la espalda. Simplemente, disfrutar jugando, igual que disfruta en su querida Barcelona. Sonreír. Sonreír celebrando un gol y no celebrarlo con rabia de toda la tensión acumulada.


Y si finalmente Messi no vuelve a la selección, nos daremos cuenta de que, en ocasiones, hasta el mayor héroe que ha existido jamás también muere. Y es que, si recordamos, Superman también acabó cayendo a manos de Doomsday. Leo Messi, el kryptoniano del Camp Nou.

miércoles, 15 de junio de 2016


¿Qué le pasa a James? En la plantilla actual del Real Madrid hay pocos futbolistas con tantas condiciones para jugar al fútbol como él. Y eso es algo que el propio James sabe. En esa plantilla también hay pocos futbolistas que durante la pasada temporada se hayan esforzado menos que el 10 colombiano para ganarse un hueco en el once. Y eso es algo que en la plantilla saben todos menos James, por lo que se ve.
En su primer año en el Madrid hizo lo más difícil: sobreponerse a las dificultades de adaptación a un club con semejante nivel de exigencia, y triunfar en toda regla. Pero la pasada temporada fue un fracaso para él y todavía no ha hecho la autocrítica necesaria para asumir su responsabilidad, apretar los dientes y redoblar esfuerzos. Sigue buscando culpables en los dos entrenadores que ha tenido, o en supuestos tratos de favor a otros jugadores, o en agravios que no son tales. Sigue buscando excusas.



            James todavía no ha entendido que la culpa de lo que le pasa a James sólo la tiene James. Para lo bueno, pero también para lo malo. Zidane lo intentó cuando se hizo cargo del equipo, pero desistió al ver que el de Cúcuta no le respondía.   
            En cambio, es enfundarse la camiseta de la selección cafetera y todo cambia para James. Aquellas cosas que no consigue hacer el en Madrid, en Colombia le sale con fluidez total: disparos lejanos, pases milimétricos, llegada al área, centros medidos, personalidad para decidir partidos…. Todo eso aparece con Colombia, por lo que nos queda claro que no ha desaparecido. Por tanto…. ¿Qué le pasa a James?
            Ahora mismo, James cree firmemente que en el Madrid no está recibiendo el trato que se merece por sus declaraciones, y que en cambio en Colombia se siente querido y disfruta jugando a fútbol. En muchos casos, las creencias son subconscientes y afectan a la percepción que tenemos de nosotros mismos, de los demás y de las cosas y situaciones que nos rodean.
            Un punto importante: cuando una creencia se instala en nosotros de forma sólida y consistente, nuestra mente elimina o no tiene en cuenta las experiencias que no casan con ella. Son una fuerza muy poderosa de nuestra conducta. Si alguien realmente cree que puede hacer algo, lo hará, y si cree que es imposible hacerlo, ningún esfuerzo por grande que éste sea logrará convencerlo de que se puede realizar. Ahora mismo James está en ese punto: el cree que con el Madrid se está siendo injusto con su trabajo y que no puede rendir como debería.



            Lo que le está pasando factura es todo aquello externo a él. Aspectos que él no puede controlar como son la prensa, los rumores, sus actividades fuera del campo… Como son la lesión, su altercado con la policía, los rumores sobre salidas nocturnas, el sobrepeso, pobre nivel de entrenamiento… Todo esto son aspectos que no tienen que ver con él, ya que le vienen desde fuera, pero que le están minando moralmente haciendo que su estancia en Madrid esté siendo complicada. Por eso cada vez que va convocado con Colombia es una liberación para él: fuera toda la mala prensa, rumores, aspectos externos…. Para centrarse única y exclusivamente en aquello que importa: la competición y el partido concreto. Y los resultados están ahí. No soy muy fan de sacar datos estadísticos porque no siempre reflejan aquello que queremos mostrar (debido a la influencia de muchos factores) pero aún así vamos a centrarnos en un dato:

·         Estadística en el R.Madrid en la temporada 2015-2016: 32 partidos, 8 goles.
·         Estadística con Colombia en la Copa América 2016: 3 partidos, 2 goles.

Aunque los datos con Colombia sean de una muestra muy pequeña, lo que queda claro es que el nivel de influencia en el juego con Colombia es mucho mayor al que ha podido tener en el Real Madrid, ya que, a pesar de su bajo rendimiento, ha disfrutado de bastantes minutos, ya fuese como titular o como suplente.

Y es que…hacer especial una situación es la peor forma de afrontarla. Pensar que lo que haces habitualmente no te va a llegar para cumplir tu objetivo no te beneficia de ninguna manera. Primero porque siembras la duda en tus capacidades y segundo porque hacer de forma diferente algo que tienes entrenado de una manera determinada sin haberlo ensayado antes tiene poca probabilidad de salir bien.

Lo que él debe hacer es poner su atención y sus esfuerzos en aquellos aspectos que pueda controlar, centrarse en aquello que él puede manejar y donde no hay nada externo: nivel de entrenamientos, rutinas antes de entrenar y antes de los partidos, establecerse objetivos de entrenamiento que le sirvan para los partidos (como por ejemplo, realizar desmarques de ruptura, jugar a un determinado número de toques, mantenerse en movimiento y mirando el balón en las jugadas a balón parado…) y mantener la concentración durante los entrenamientos y los partidos en esos aspectos que se ha podido establecer el mismo o con ayuda de su entrenador en función de lo que éste ve.

Si cuida en cada entreno, en cada partido, que ese rendimiento sea perfecto, llegarán los resultados antes o después porque estamos jugando con la suerte, con la buena: la que hace que te lleves el premio. Pero no se puede descuidar ni un solo segundo y debe darlo todo cada día para propiciar que su rendimiento haga su trabajo. Es más difícil levantarse tras caer, seguir luchando por lo que te mereces, pero tiene mucho más mérito. Con Colombia demuestra que puede ser ese jugador importante que le vimos en su primera temporada en España, por lo que no hay motivo controlable por su parte para que no pueda mantener ese rendimiento en el Real Madrid o en el equipo donde juegue. 


miércoles, 25 de mayo de 2016


No es fácil encontrar un auténtico “depredador” del área, un delantero goleador que intimide a los defensas solo con su presencia. No es solo una cuestión de calidad o talento futbolístico, de “tener gol”, es mucho más, necesita disponer de una personalidad arrolladora que le ayude a ser una pesadilla para las defensas de los equipos rivales. No me refiero a ser un provocador, que atente contra el juego limpio, sino a ser capaz de intimidar a los rivales desde el esfuerzo y el trabajo bien hecho, desde una mentalidad (competencias emocionales) que ponga al rival en permanente dificultad.
El talento es insuficiente. Unas competencias emocionales específicas incrementan el valor del talento y mejoran la capacidad para definir ante la portería rival. Es necesario entrenar la personalidad del delantero centro, educar en él unos valores, una actitud y unas competencias emocionales específicas. Los niños no nacen teniendo gol o siendo depredadores del área. Los entrenadores deben ir educando o moldeando en las diferentes edades esas competencias emocionales que definen al delantero centro competitivo, le ayudan a vivir cerca de la portería rival y a convertirse en un peligro constante para el rival.



Podemos identificar las siguientes competencias emocionales imprescindibles en un buen delantero centro competitivo:
·         Conducirse siempre desde el máximo ESFUERZO. Solo se mejora desde el esfuerzo. Cuando uno se obliga a dar lo máximo cada día, en cada entrenamiento y en cada partido hasta convertirlo en un hábito, es cuando se está en disposición de mejorar. Exigirse el máximo esfuerzo tolerando la fatiga, mejora la condición física, desarrolla el carácter y hace mejor al futbolista. El delantero tiende a regular su esfuerzo y a no desgastarse en trabajo defensivo. Es una creencia equivocada que le resta valor como futbolista. Las mayores satisfacciones suelen ir precedidas de los mayores esfuerzos. Luis Suárez es uno de los delanteros más en forma del momento y en su haber está su esfuerzo, insistencia y disputa incansable o permanente con los defensas rivales. 
·         Saber TRABAJAR EN EQUIPO o hacer un TRABAJO COLECTIVO. El trabajo del delantero centro es una parte dentro de un trabajo colectivo, por lo que ha de tener un elevado espíritu de cooperación con sus compañeros. Es quien inicia el trabajo defensivo del equipo, y quien finaliza el juego de ataque. El gol es la expresión final de un trabajo de ataque por parte de todo el equipo, rubricado por el delantero centro. Pero su función no solo es la de hacer goles, definir, sino también asistir a sus compañeros para que marquen goles. El delantero centro es un especialista, como cada uno de sus compañeros, dentro de un trabajo colectivo. 
·         Tener AUTOCONFIANZA. El delantero centro vive rodeado de contrarios que tratan de impedirle realizar su trabajo. En el duelo con los defensas rivales ha de sentirse capaz de trabajar más y mejor, que ellos, de imponerles su trabajo hasta meterles en dificultades, generarles dudas y llevarles al error. Eso solo es posible trabajando desde el atrevimiento, la determinación, el empuje… la autoconfianza. Karim Benzema (Real Madrid) es el delantero centro que más ha crecido en su autoconfianza. Zinedine Zidane está sabiendo ejercer sobre él una tutoría deportiva y personal que le está ayudando a crecer en su confianza. Leo Messi (FC Barcelona) sabe que es el mejor del mundo, su autoconfianza es máxima, lo que le permite echarse el equipo a la espalda y tirar de él para decidir el partido, sobretodo en los partidos importantes. Lo mismo sucede en Cristiano Ronaldo (Real Madrid), su autoconfizanza está blindada y nada parece debilitarla.
·         ENTENDER EL ERROR / TOLERAR LA FRUSTRACIÓN. El trabajo del delantero centro es muy evidente, salta a la vista, está muy expuesto ante la grada. Sus aciertos y errores siempre son manifiestos, no pasan desapercibidos. El futbolista debe ser consciente de esta exposición acompaña a su trabajo, sus aciertos y errores son sobrevalorados. ¿Quién no se equivoca? No entender ni tolerar la posibilidad del error hace más vulnerable, más inseguro y multiplica los errores o fallos; saber que la posibilidad de errar alguna ocasión clara es inherente al trabajo del delantero centro hace menos sensible ante el error y potencia el atrevimiento. BaleBenzema en el Bernabeu, han tenido que escuchar la discrepancia puntual de la grada hacia ellos sin que hiciera mella en su trabajo. En el partido siguiente son capaces de anotar un hattrick. Saben que todas sus acciones no se van a convertir en gol y saben convivir con ello, forma parte de su trabajo.



·         El buen delantero centro relativiza el error. No meter gol no quiere decir que haya definido mal. A veces es mérito del portero rival, quien ha estado acertado. De igual forma, una o dos acciones, por muy llamativas que sean, no pueden distorsionar el trabajo de todo un partido. El delantero centro no debe atender apenas a la posibilidad del error. 
·         Saber CONVIVIR CON EL GOL. El gol no se busca, se gestiona. Cuando el gol se busca desesperadamente, casi de forma obsesiva, resulta difícil encontrarlo. En cambio, el gol llega desde la máxima concentración, la tranquilidad, la confianza y la correcta gestión del juego en la proximidad o dentro del área. Dicen que el gol es cuestión de rachas. No estoy de acuerdo. El gol acompaña a los estados de ánimo. Un gol trae más goles porque libera de la responsabilidad y obligación de hacerlo, mientras que un fallo puede traer más fallos cuando aumenta la obligación y la responsabilidad de hacer gol, a veces hasta convertirse en una obsesión. SuárezMessiBenzema, Ronaldo tienen una relación de amistad con el gol, no lo ansían, simplemente lo tienen, lo expresan, lo hacen, lo gestionan, saben convivir en armonía con él.
·         DEFINIR, SIN SENTIR NI PENSAR. La cercanía del gol suele sensibilizar a la mayoría de jugadores, metiéndoles cierto vértigo que les lleva a precipitarse o dudar. Parece que definir conlleva una carga emocional diferente a cualquier otra acción ejecutada fuera del área. Solo unos pocos, los grandes goleadores, no sienten nada en la definición, se muestran inteligentes, ven y hacen, leen y resuelven con la misma concentración, tranquilidad y confianza que lo hacen alejados del área. Son auténticos “psicópatas” del gol, pues definen como una máquina, sin sentimientos, sin dudar, lo ven y lo hacen, lo inventan en el mismo instante. A los mejores no les tiembla el pulso ante la posibilidad del gol. Lo ven y lo hacen. Son máquinas de hacer goles, máquinas sin sentimiento. Luego lo disfrutan y lo celebran como el que más, pero mientras lo están gestionando no se permiten sentir nada, definen estando muy concentrados y serenos.
·         ACEPTAR LAS CRÍTICAS. El delantero centro siempre está en boca de sus propios aficionados y medios de comunicación, unas veces para valorar y ensalzar su rendimiento otras para cuestionarlo o criticarlo. Su trabajo nunca pasa desapercibido. Es necesario para mantener el equilibrio emocional asistir impasible a la opinión de los demás, independizarse de ella, ser autónomo, tener criterio. Suelen ser opiniones no expertas ante un trabajo que se desarrolla en un “escaparate”, expuesto ante miles de aficionados o espectadores. Las opiniones ajenas son respetables aunque no tienen por qué ser compartidas. El futbolista debe atender y considerar solo la opinión de sus técnicos. Cualquier delantero centro ha vivido momentos puntuales de desencuentro con sus aficionados. Son críticas que no les dejan huella, más bien mueven su amor propio y les estimula.
·         AGRESIVIDAD. El buen delantero centro requiere de agresividad positiva, ha de ser un tipo “caliente”, que viva con intensidad el duelo con los rivales, que active su adrenalina y testosterona necesarias para vivir la competencia con los rivales. El carácter rebelde acompaña dentro del terreno de juego. Zlatan IbrahimovicMario Balotelli o Luis Suarez responden al perfil de “bad boys” por su carácter displicente, bronco, belicoso. Mourinho cuenta una anécdota muy gráfica sobre Balotelli. Habiendo sido amonestado y no disponiendo de otro delantero, Mou dedicó a Balotelli casi todos los minutos del descanso para que tuviera cuidado, se controlase y evitase la expulsión en la segunda parte. En la primera acción tras el descanso fue expulsado. Si estos futbolistas no tuvieran ese carácter fuerte y agresivo posiblemente no serían los que conocemos sobre el terreno de juego. Sería mucho pedirles que fuera del terreno de juego fueran un ejemplo de equilibrio y autocontrol personal. No obstante supone un reto en la etapa de formación enseñar autocontrol emocional a chicos del perfil de bad boys, de conducta disruptiva.
·         Ser GENEROSO. El éxito de un delantero siempre guarda una relación directa con el trabajo colectivo, en el que sus compañeros participan aunque sea en un segundo plano. El delantero goleador personaliza el éxito de todo un equipo. Que obtenga mayor reconocimiento público e incluso económico, dado que el gol se paga bien, no puede llevarle a un egoísmo absurdo. Debe ser generoso con los compañeros porque en realidad su brillo lo debe en gran medida al trabajo de sus compañeros. 
·         Tener HUMILDAD. Nunca se puede perder la perspectiva de los propios orígenes, de dónde se viene y cómo se ha llegado al momento presente. La humildad es necesaria para mantenerse en una actitud de mejora permanente. 



·         La humildad también ayuda a respetar al rival y a los compañeros, hace que no te confíes ante un rival inferior ni pongas difícil la convivencia dentro del equipo. La humildad ayuda a relativizar lo que los demás entienden por éxito y fracaso; el éxito solo es un trabajo bien hecho, mientras que el fracaso es un trabajo que hay que mejorar. La humildad ayuda a digerir el éxito y a no distorsionar la realidad. Donde los demás ven un icono mediático uno solo es se percibe como un buen profesional que intenta hacer su trabajo lo mejor posible sin regatear ilusión y esfuerzo.
·         Ejercer LIDERAZGO. El delantero centro está llamado a ser uno de los líderes en la tarea, sobre el terreno de juego. Por su demarcación y por su capacidad de intimidación hacia el rival el delantero centro tira de su equipo, éste le busca y agradece encontrarlo. No es necesario que lleve el vestuario, que lidere al grupo desde la vertiente social y afectiva, pero el delantero centro debe ejercer un liderazgo desde la tarea, siendo una referencia importante para los compañeros sobre el terreno de juego.
·         Moverse por NUEVOS Y SUCESIVOS RETOS. Escalar hacia la élite, situarse entre los mejores, exige trabajar duro cada día tratando de aprender y mejorar de forma que cuando se asciende de nivel o categoría hay que seguir insistiendo, sin pararse, para seguir escalando a otro nivel inmediatamente superior. Una vez logrado un reto hay que plantearse otro nuevo y así sucesivamente. Conformarse o acomodarse equivale a dejar de mejorar y crecer. 
·         Alcanzar la AUTONOMÍA EMOCIONAL. El delantero centro “matador” debe ser una persona autónoma a nivel emocional, que disponga de la llave de su propio equilibrio y no se deje zarandear por las circunstancias. Cualquier acontecimiento favorable o desfavorable lo vive con relativa tranquilidad y equilibrio, sin sobresaltos, ni euforia ni angustia, sin perder la cabeza. Llega a entender y disfrutar del “glamour” que acompaña al delantero goleador, sin darle más importancia. 

No existe la perfección, ni hablando del delantero centro ni en nada. No existe un referente que aglutine todos los valores o competencias emocionales enunciadas. No existe el delantero centro perfecto con todas las cualidades positivas. No existe la perfección, solo un camino de mejora y de aproximación hacia la excelencia. Disponemos de diferentes modelos de los que aprender y mejorar. Hemos querido revisar qué valores y competencias emocionales pueden impulsar el talento del delantero centro para avanzar en la formación de los futbolistas.

A modo de conclusión, el delantero centro no nace siéndolo, va aprendiendo a serlo progresivamente, formándose cada día, enseñándole y educándole no solo en lo referido a contenidos técnico-tácticos sino también en cuanto a valores y competencias emocionales que ayudan al rendimiento óptimo y al mejor desarrollo deportivo y personal.

Artículo basado en José Carrascosa: http://sabercompetir.com/la-personalidad-del-delantero-centro-2/

miércoles, 13 de abril de 2016


La autoconfianza: ¿qué es y cómo fomentarla?

  Implica un conocimiento real de la dificultad del objetivo, los propios recursos y posibilidades realistas de lograrlo.

  En edades tempranas, la inseguridad suele ser mayor que la autoconfianza. ¿A qué se debe esto? Es algo normal. ¿Cuándo una persona se conoce mejor? ¿Con 15 años o con 45 años? El nivel de conocimiento de tus propias capacidades hace que desarrolles una mayor autoconfianza en lo que puedes lograr, en cambio cuanto más joven eres, menor conocimiento tienes de tu cuerpo y de tus propias capacidades y por tanto te sientes más inseguro, debido a que te encuentras ante una situación no controlada.

  Si el joven deportista percibe que controla las situaciones, aumentará su autoconfianza y su aprendizaje.



  Cuando un deportista tiene un nivel bajo de autoconfianza, durante la sesión de entrenamientos hay que alternar objetivos tanto de ejecución (Realizar un determinado número de desmarques de ruptura, realizar un número determinado de pases al poste bajo, concentrarse en el movimiento exacto de mis piernas en las salidas de 100 metros…) como de resultado (marcar un determinado número de goles, encestar 3 triples seguidos, bajar de 11 segundos en 100 metros…).

  Durante la competición es importante que el deportista esté centrado en lograr objetivos de ejecución, como puede ser la misma concentración, es decir, permanecer atento y concentrado durante toda la competición... Así el deportista con poca confianza no se obsesionará con el resultado deportivo que se espera de él y al no anticipar posibles resultados, se sentirá sin tanta presión y con un objetivo muy específico a cumplir, que será centrarse en su propio rendimiento, exactamente en aquello que depende de él y sólo de él.
Este procedimiento es muy útil en deportistas jóvenes que empiezan a adquirir capacidades motoras y en aquellos que ya las han automatizado pero que tienen una débil confianza en sus posibilidades.

El autoconcepto y autoestima.

  Autoconcepto = opinión de uno mismo “Creencia”. Ej: creo que soy buen jugador de fútbol, sociable y divertido.

  Autoestima = aprecio que uno tiene por sí mismo “Demostración”. Ej: no (o sí) confío en mis capacidades como jugador, por lo tanto, no (o sí) me valoro.



  Aunque parezca contradictorio, pueden darse circunstancias que parecen contrarias a simple vista. Sigamos con el ejemplo: “Creo que soy buen jugador de fútbol pero no confío en mis capacidades como jugador (al menos actualmente)”.

Esto puede deberse a una lesión reciente que haga que no confiemos en nuestras capacidades, puede deberse a algún mal momento de juego o de nuestra forma de rendir en las competiciones. No quiere decir que esto siempre ocurra así (¡menos mal!), sino que es una posibilidad.

  La autoestima y el autoconcepto se relacionan con el nivel de aspiración del deportista.
Mientras las habilidades reales del deportista se adecuen a su nivel de aspiraciones el deportista practicará el deporte con ajuste y sin problemas. Estos surgen cuando:

  1. Las habilidades reales del deportista son superiores a su nivel de aspiraciones (a sus objetivos y a al cómo se ve él mismo), resultando un sentimiento de infravaloración.
  2. Las habilidades reales del deportista son inferiores a su nivel de aspiraciones (su objetivo y su autoestima es superior a su actuación real) resultando un sentimiento de frustración.
  3. En ambos casos, el entrenador debe replantear los objetivos del deportista de forma que éstos le motiven y resulten más realistas y alcanzables acorde con sus posibilidades físicas y esfuerzo personal; y analizar también conjuntamente con el deportista el estado de autoestima de este último.
  4. La mejor forma de hacerlo es evaluando su trayectoria deportiva en cuanto a mejoras en el aprendizaje y no en cuanto a obtención de logros, de forma que el deportista vea que mejora, sin estar obsesionado por tener buenos resultados.
¿Cómo crear una autoestima más positiva por parte del entrenador?

  Características generales de estrategia para el logro de una autoestima positiva.
- Los deportistas deben ser conscientes de que se les dedica una atención específica como personas únicas y diferentes que son.
- La comunicación establecida debe basarse en una escucha sin previos juicios de intenciones.
- Se ha de conocer la identidad concreta de los personas que conforman su marco de referencia más próximo.
- Se debe generar en los deportistas un sentimiento positivo en relación a que sus aportaciones personales (ideas u objetos) son tenidas en cuenta al ponerlas en práctica o uso por el entrenador.


¿Qué os ha parecido este tema de los 3 autos? ¿Alguna duda? ¿Se os ocurren más ejemplos o situaciones? 

miércoles, 30 de marzo de 2016

Los deportes electrónicos o eSports son el nombre usado para designar las competiciones de videojuegos, con un símil hacia el resto de deportes. Los jugadores profesionales compiten entre ellos en videojuegos asociados con deportes electrónicos de estrategia en tiempo real, lucha, disparos en primera persona y Multiplayer online battle arena. Torneos mundiales de League of Legends, Dota 2, Counter strike y FIFA, entre otros, son realizados anualmente y se retransmiten en estadios , mediante Internet , al finalizar recompensan a sus integrantes con premios y grandes cantidades de dinero. Es importante aclarar que lo que define al e-sports no es el juego que se juega, sino el hecho de jugar videojuegos de forma competitiva semi o profesionalmente dentro de una comunidad masiva, con patrocinadores, equipos, organización general y organización constante de torneos oficiales o semi oficiales.

Como rol dentro de un equipo, el psicólogo deportivo es la persona encargada de evaluar la situación anímica, procesos cognitivos y conductas de los jugadores, analizar cómo funcionan, en qué puntos se puede mejorar, y trabajar con ellos para conseguir esa mejora. Es en gran parte responsable del ambiente, de que la comunicación sea adecuada y de atender a las necesidades individuales para que se encuentren en la mejor situación posible y puedan rendir al máximo nivel.



En los e-Sports la parte física se reduce al mínimo, ya que no hay carga de trabajo físico durante las partidas, en cambio todo el trabajo se hace desde la mente, por tanto, creo que en este tipo de deportes el papel del psicólogo deportivo es si cabe más importante que en otros deportes donde hay una mayor carga de trabajo físico ya que se trabaja la actitud, la coordinación, la atención, la capacidad de adaptación… y casi todo entra en el ámbito de lo que se puede trabajar a través de la psicología.

Los jugadores al final son personas, y lo que caracteriza a las personas es su alta emocionalidad: tener buen o mal día, impulsos, arranques emocionales, dejarse guiar por corazonadas…. Por tanto, tener en el equipo una persona que sea capaz de cuidar y mantener estables estos aspectos, además de fomentar una buena relación y comunicación entre los miembros del equipo (aspecto clave y fundamental) puede marcar la diferencia en las partidas y ayudar al equipo a ser más regular a lo largo del tiempo. Al final el psicólogo no hace que un jugador que tiene su techo en un 7, sea capaz de subir ese techo hasta un 10, su función va a ser mantenerlo siempre regular en ese 7, en lugar de ir fluctuando de 4 a 7 entre las diversas partidas.



Los factores externos es otro de los aspectos con los que deben lidiar los jugadores. Rendir a buen nivel cuando hay tantos factores minando los recursos de una persona no es fácil. La importancia del encuentro, la presencia del público, las expectativas de los cientos de miles de espectadores o las posibles críticas ante una mala partida pueden provocar un estado de nerviosismo y estrés excesivo que repercuta en su actuación.

El estrés en sí mismo no es malo. Al fin y al cabo, el estrés tan sólo es una respuesta adaptativa que ha desarrollado el ser humano como un impulso de supervivencia. Si un león entrase ahora en la habitación en la que estamos, una respuesta de estrés sería escapar por la ventana o correr hacia otra salida, por tanto, es una respuesta que busca la supervivencia del individuo y no es una respuesta negativa. Otra cosa es cuando el sujeto no sabe interpretar la situación y sufre estrés ante situaciones que no requieren de su presencia, o situaciones que requieren un nivel de actividad más bajo. El nivel de activación óptimo es fundamental para competir bien en cualquier deporte, ya que no se puede competir bien estando sobreactivado o demasiado relajado ante un evento que requiere lo contrario.

Encontrar ese punto intermedio es sumamente difícil, incluso para un psicólogo deportivo, y más en situaciones con tantas variables implicadas como puede ser una eliminatoria de Playoffs. Una de las funciones del psicólogo consiste precisamente en identificar el perfil al que se ajusta cada jugador, a través de sobretodo la observación y el conocimiento del jugador, para desarrollar técnicas que le permitan no perder el control en situaciones de presión.

Como ha podido comprobarse, la psicología juega un papel crucial en el panorama competitivo de un deporte electrónico como el que nos ocupa. Desde la administración de la presión a la gestión de las emociones, pasando por la asimilación de las críticas, existen multitud de ámbitos en los que la psicología puede mejorar el rendimiento de un equipo profesional.



¿Cómo trabajaría?

A través de la comunicación muy probablemente y de los lazos y relaciones entre los jugadores del equipo, potenciando las habilidades de comunicación se potencian muchas otras áreas como son la motivación y el juego en equipo. Al final un equipo que se conoce y se lleva bien más allá de las competiciones está demostrado que va a rendir mucho mejor dentro de ellas.
Otros aspectos importantes a trabajar serían técnicas de control del nivel de la activación, ya sea para mantenerse más relajado con técnicas como la respiración abdominal, la relajación progresiva…. o mantenerse más activo buscando tareas que aumenten el nivel de activación, en función siempre de la personalidad de cada jugador.

Aspectos como la realización de tareas imaginadas como la visualización sería otro de los puntos fundamentales en mi forma de trabajar ya que permitiría al sujeto ensayar de forma previa la partida, permitiéndole prepararse para diferentes situaciones y una vez que sucedan en la realidad mantener la concentración y la confianza en lo que tiene que hacer.
Algunas otras tareas que se podrían realizar serían la inclusión de palabras clave para mantener la concentración en algunos aspectos importantes o para no dejarnos llevar por la situación, establecimiento de objetivos o de rutinas previas a la competición…

Conclusión.

Creo que la labor del psicólogo deportivo puede ser muy útil en un equipo de e-Sports, al menos tanto como en cualquier otro equipo de cualquier deporte, ya que de lo que se trata es de incrementar el rendimiento pero sobre todo de regularlo para que se mantenga en niveles óptimos el mayor tiempo posible, evitar los picos de rendimiento (5-9-6-9-5-5-10) y favorecer la aparición de una línea de rendimiento más estable ( 8-7-8-8-9-8-9).


Además es una labor que se puede realizar tanto de forma presencial como por otras vías, como podrían ser sesiones vía Skype, llamadas telefónicas para controlar la evolución del jugador, visionado de partidas en directo para comprobar su rendimiento y realizar a posteriori valoraciones conjuntas…

jueves, 17 de marzo de 2016


Si queremos cambiar la clave atencional, habrá que cambiar el objetivo, pero para cambiar el objetivo habrá que cambiar la creencia. Para cambiar la atención no debemos cambiar el objetivo, debemos cambiar la creencia.

------------>Creencia                        Objetivo------------->     Clave atencional (a lo que mira el deportista)

Ejemplo: Jugador que piensa que va a fallar. No debemos trabajar para que piense que debe pensar en el acierto o en las alternativas que tiene…. Primero debemos cambiarle la creencia para que piense, cuando entrena o cuando compite que tiene que hacer lo que toca en ese momento.



Para cambiar las creencias:

      a)       Tipo 1 Inverosímiles: No se pueden razonar. Lo que debemos hacer es asociar una emoción positiva a la creencia que queremos cambiar.
Ej: Pena de muerte- Ver una película y sentirte identificado con el personaje sancionado.

      b)      Tipo 2 Irracionales: Ponerla a prueba con exposiciones sucesivas o mediante una evidencia objetiva.
Ej: Si tomo un flan de 1kg, engordaré 1 kg.

      c)       Tipo 3 Racionales: Cambiar de enfoque la creencia mediante reestructuración cognitiva.
Ej: Ligar con la palabra en lugar de con la postura, cambiar de locales para ligar…)

      d)      Tipo 4 Irrefutables: Distraer al deportista.
Ej: Fobia a los vuelos- Delegar el control de aquellas cosas que no dependen de nosotros.

Para conseguir todo esto tenemos un truco importante: “Cambiar el foco atencional”.

      1.       Si tienes que mirar para A y recibes la consigna de no mirar para B acabarás mirando para B.
Ej: “No mires tanto la pelota y mira también a tus compañeros, contrarios, espacios….” Lo que acabarás haciendo es mirar solo a la pelota.
El subconsciente es muy directo, toma siempre el atajo y el tiro nos acaba saliendo por la culata. La mente registra el “mira para la pelota” y se olvida del “no”.

      2.       Si tienes que mirar para A y recibes la consigna de mirar para B: no es del todo inconsistente pero normalmente funciona tan sólo durante un tiempo. “Cambio de foco”.
Ej: “Miro siempre para la pelota y me digo, mira a la pelota y también a los compañeros, contrarios, espacios….” Aumenta la probabilidad de actuar de forma correcta.

      3.       Si crees que tienes que mirar para A, mirarás para A. “Cambiar la creencia”.
Ej: “Miro siempre la pelota y aprendí que debo estar atento a otros estímulos como los compañeros, rivales…” Proceso bien hecho.



Si quieres cambiar el objetivo, tendrás que cambiar la creencia. Más que pensar en qué debes hacer, 1º piensa qué quieres. Antes de pensar en cómo, 1º piensa en qué quieres.
Concentrarte en lo que no quieres es como conducir un coche mirando siempre por el espejo retrovisor: Sabes de dónde vienes, pero no adónde vas.


ACTUAR SIEMPRE SOBRE LAS CREENCIAS
 
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