miércoles, 30 de marzo de 2016

Los deportes electrónicos o eSports son el nombre usado para designar las competiciones de videojuegos, con un símil hacia el resto de deportes. Los jugadores profesionales compiten entre ellos en videojuegos asociados con deportes electrónicos de estrategia en tiempo real, lucha, disparos en primera persona y Multiplayer online battle arena. Torneos mundiales de League of Legends, Dota 2, Counter strike y FIFA, entre otros, son realizados anualmente y se retransmiten en estadios , mediante Internet , al finalizar recompensan a sus integrantes con premios y grandes cantidades de dinero. Es importante aclarar que lo que define al e-sports no es el juego que se juega, sino el hecho de jugar videojuegos de forma competitiva semi o profesionalmente dentro de una comunidad masiva, con patrocinadores, equipos, organización general y organización constante de torneos oficiales o semi oficiales.

Como rol dentro de un equipo, el psicólogo deportivo es la persona encargada de evaluar la situación anímica, procesos cognitivos y conductas de los jugadores, analizar cómo funcionan, en qué puntos se puede mejorar, y trabajar con ellos para conseguir esa mejora. Es en gran parte responsable del ambiente, de que la comunicación sea adecuada y de atender a las necesidades individuales para que se encuentren en la mejor situación posible y puedan rendir al máximo nivel.



En los e-Sports la parte física se reduce al mínimo, ya que no hay carga de trabajo físico durante las partidas, en cambio todo el trabajo se hace desde la mente, por tanto, creo que en este tipo de deportes el papel del psicólogo deportivo es si cabe más importante que en otros deportes donde hay una mayor carga de trabajo físico ya que se trabaja la actitud, la coordinación, la atención, la capacidad de adaptación… y casi todo entra en el ámbito de lo que se puede trabajar a través de la psicología.

Los jugadores al final son personas, y lo que caracteriza a las personas es su alta emocionalidad: tener buen o mal día, impulsos, arranques emocionales, dejarse guiar por corazonadas…. Por tanto, tener en el equipo una persona que sea capaz de cuidar y mantener estables estos aspectos, además de fomentar una buena relación y comunicación entre los miembros del equipo (aspecto clave y fundamental) puede marcar la diferencia en las partidas y ayudar al equipo a ser más regular a lo largo del tiempo. Al final el psicólogo no hace que un jugador que tiene su techo en un 7, sea capaz de subir ese techo hasta un 10, su función va a ser mantenerlo siempre regular en ese 7, en lugar de ir fluctuando de 4 a 7 entre las diversas partidas.



Los factores externos es otro de los aspectos con los que deben lidiar los jugadores. Rendir a buen nivel cuando hay tantos factores minando los recursos de una persona no es fácil. La importancia del encuentro, la presencia del público, las expectativas de los cientos de miles de espectadores o las posibles críticas ante una mala partida pueden provocar un estado de nerviosismo y estrés excesivo que repercuta en su actuación.

El estrés en sí mismo no es malo. Al fin y al cabo, el estrés tan sólo es una respuesta adaptativa que ha desarrollado el ser humano como un impulso de supervivencia. Si un león entrase ahora en la habitación en la que estamos, una respuesta de estrés sería escapar por la ventana o correr hacia otra salida, por tanto, es una respuesta que busca la supervivencia del individuo y no es una respuesta negativa. Otra cosa es cuando el sujeto no sabe interpretar la situación y sufre estrés ante situaciones que no requieren de su presencia, o situaciones que requieren un nivel de actividad más bajo. El nivel de activación óptimo es fundamental para competir bien en cualquier deporte, ya que no se puede competir bien estando sobreactivado o demasiado relajado ante un evento que requiere lo contrario.

Encontrar ese punto intermedio es sumamente difícil, incluso para un psicólogo deportivo, y más en situaciones con tantas variables implicadas como puede ser una eliminatoria de Playoffs. Una de las funciones del psicólogo consiste precisamente en identificar el perfil al que se ajusta cada jugador, a través de sobretodo la observación y el conocimiento del jugador, para desarrollar técnicas que le permitan no perder el control en situaciones de presión.

Como ha podido comprobarse, la psicología juega un papel crucial en el panorama competitivo de un deporte electrónico como el que nos ocupa. Desde la administración de la presión a la gestión de las emociones, pasando por la asimilación de las críticas, existen multitud de ámbitos en los que la psicología puede mejorar el rendimiento de un equipo profesional.



¿Cómo trabajaría?

A través de la comunicación muy probablemente y de los lazos y relaciones entre los jugadores del equipo, potenciando las habilidades de comunicación se potencian muchas otras áreas como son la motivación y el juego en equipo. Al final un equipo que se conoce y se lleva bien más allá de las competiciones está demostrado que va a rendir mucho mejor dentro de ellas.
Otros aspectos importantes a trabajar serían técnicas de control del nivel de la activación, ya sea para mantenerse más relajado con técnicas como la respiración abdominal, la relajación progresiva…. o mantenerse más activo buscando tareas que aumenten el nivel de activación, en función siempre de la personalidad de cada jugador.

Aspectos como la realización de tareas imaginadas como la visualización sería otro de los puntos fundamentales en mi forma de trabajar ya que permitiría al sujeto ensayar de forma previa la partida, permitiéndole prepararse para diferentes situaciones y una vez que sucedan en la realidad mantener la concentración y la confianza en lo que tiene que hacer.
Algunas otras tareas que se podrían realizar serían la inclusión de palabras clave para mantener la concentración en algunos aspectos importantes o para no dejarnos llevar por la situación, establecimiento de objetivos o de rutinas previas a la competición…

Conclusión.

Creo que la labor del psicólogo deportivo puede ser muy útil en un equipo de e-Sports, al menos tanto como en cualquier otro equipo de cualquier deporte, ya que de lo que se trata es de incrementar el rendimiento pero sobre todo de regularlo para que se mantenga en niveles óptimos el mayor tiempo posible, evitar los picos de rendimiento (5-9-6-9-5-5-10) y favorecer la aparición de una línea de rendimiento más estable ( 8-7-8-8-9-8-9).


Además es una labor que se puede realizar tanto de forma presencial como por otras vías, como podrían ser sesiones vía Skype, llamadas telefónicas para controlar la evolución del jugador, visionado de partidas en directo para comprobar su rendimiento y realizar a posteriori valoraciones conjuntas…

jueves, 17 de marzo de 2016


Si queremos cambiar la clave atencional, habrá que cambiar el objetivo, pero para cambiar el objetivo habrá que cambiar la creencia. Para cambiar la atención no debemos cambiar el objetivo, debemos cambiar la creencia.

------------>Creencia                        Objetivo------------->     Clave atencional (a lo que mira el deportista)

Ejemplo: Jugador que piensa que va a fallar. No debemos trabajar para que piense que debe pensar en el acierto o en las alternativas que tiene…. Primero debemos cambiarle la creencia para que piense, cuando entrena o cuando compite que tiene que hacer lo que toca en ese momento.



Para cambiar las creencias:

      a)       Tipo 1 Inverosímiles: No se pueden razonar. Lo que debemos hacer es asociar una emoción positiva a la creencia que queremos cambiar.
Ej: Pena de muerte- Ver una película y sentirte identificado con el personaje sancionado.

      b)      Tipo 2 Irracionales: Ponerla a prueba con exposiciones sucesivas o mediante una evidencia objetiva.
Ej: Si tomo un flan de 1kg, engordaré 1 kg.

      c)       Tipo 3 Racionales: Cambiar de enfoque la creencia mediante reestructuración cognitiva.
Ej: Ligar con la palabra en lugar de con la postura, cambiar de locales para ligar…)

      d)      Tipo 4 Irrefutables: Distraer al deportista.
Ej: Fobia a los vuelos- Delegar el control de aquellas cosas que no dependen de nosotros.

Para conseguir todo esto tenemos un truco importante: “Cambiar el foco atencional”.

      1.       Si tienes que mirar para A y recibes la consigna de no mirar para B acabarás mirando para B.
Ej: “No mires tanto la pelota y mira también a tus compañeros, contrarios, espacios….” Lo que acabarás haciendo es mirar solo a la pelota.
El subconsciente es muy directo, toma siempre el atajo y el tiro nos acaba saliendo por la culata. La mente registra el “mira para la pelota” y se olvida del “no”.

      2.       Si tienes que mirar para A y recibes la consigna de mirar para B: no es del todo inconsistente pero normalmente funciona tan sólo durante un tiempo. “Cambio de foco”.
Ej: “Miro siempre para la pelota y me digo, mira a la pelota y también a los compañeros, contrarios, espacios….” Aumenta la probabilidad de actuar de forma correcta.

      3.       Si crees que tienes que mirar para A, mirarás para A. “Cambiar la creencia”.
Ej: “Miro siempre la pelota y aprendí que debo estar atento a otros estímulos como los compañeros, rivales…” Proceso bien hecho.



Si quieres cambiar el objetivo, tendrás que cambiar la creencia. Más que pensar en qué debes hacer, 1º piensa qué quieres. Antes de pensar en cómo, 1º piensa en qué quieres.
Concentrarte en lo que no quieres es como conducir un coche mirando siempre por el espejo retrovisor: Sabes de dónde vienes, pero no adónde vas.


ACTUAR SIEMPRE SOBRE LAS CREENCIAS

viernes, 11 de marzo de 2016


¿Qué es una creencia? Son juicios de verdad. Una creencia es un sentimiento de certeza respecto a algo. Toda creencia comienza como una idea y va tomando referencias de la realidad que la apoyan. Cuando éstas referencias se organizan en torno a una idea, se transforman en creencias.
La diferencia con respecto a los pensamientos radica en que éstos no implican una valoración y a veces no pretenden ser verdad.

En muchos casos, las creencias son subconscientes y afectan a la percepción que tenemos de nosotros mismos, de los demás y de las cosas y situaciones que nos rodean.



Hay personas que piensan que sus creencias son universalmente ciertas y esperan que los demás las compartan. No se dan cuenta de que el sistema de valores es algo exclusivamente personal y en la mayoría de casos diferente a los demás. No vivimos la realidad en sí, si no una representación mental de la misma. Lo que vivimos tal como lo vivimos, depende más de la representación y elaboración de nuestro mapa mental, que del territorio "real" en sí.

Cuestionar una de las creencias puede desestabilizar todo el sistema al afectar a aquellas otras que se derivan o están relacionadas con ella. Ésta es la razón por la que somos muy reacios, en muchas ocasiones, a modificar alguna de nuestras creencias. Las creencias se forman a partir de ideas que confirmamos o creemos confirmar a través de nuestras experiencias personales.

Un punto importante: cuando una creencia se instala en nosotros de forma sólida y consistente, nuestra mente elimina o no tiene en cuenta las experiencias que no casan con ella. Son una fuerza muy poderosa de nuestra conducta. Si alguien realmente cree que puede hacer algo, lo hará, y si cree que es imposible hacerlo, ningún esfuerzo por grande que éste sea logrará convencerlo de que se puede realizar.

Las creencias pueden ser potenciadoras o limitantes. Las primeras nos ayudan y potencian la confianza en nosotros mismos y en nuestras capacidades, permitiéndonos afrontar con éxito situaciones complejas. Las limitantes nos estan energías y nos inhabilitan para afrontar determinadas situaciones.



¿Cómo se forman?

Se forman mediante generalizaciones de  nuestra experiencia, con gran parte anclada a nuestra niñez.

1. Normalmente nosotros no decidimos conscientemente qué creer. Se forman de una manera insconciente.
2. Frecuentemente las creencias están basadas en malinterpretar las experiencias pasadas.
3. Una vez adoptada una creencia olvidamos que es solamente una interpretación de la realidad y las tomamos como la realidad misma.

¿Cómo trabajar con las creencias? Algunos pasos para cambiarlas.

1. Saber cuáles son las creencias hay que cambiar.
Aquellas que son creencias o juicios de verdad del deportista (Ej: si no caliento bien, no rendiré).
a) ¿Cuál es el problema?
b) ¿Cuál es el objetivo?
c) ¿Qué has hecho hasta ahora para solucionarlo?

2. Clasificar las creencias.
-Inverosímil: Creencias que son inciertas objetivamente. Son mentira. No se tratan desde la racionalidad: "Si me pica un mosquito me voy a morir".
- Irracional: Son más mentira que verdad. Ej: "Si me subo a un ascensor, me voy a marear".
- Racional: Son más verdad que mentira. Ej: "No ligo porque soy feo". Es verdad que es feo, pero no sabemos si no liga porque no es feo.
- Irrefutable: Son verdad. Ej: "Si tengo un accidente de avión voy a salir perjudicado".

3. Objetivar las creencias.
-Probabilidad de ocurrencia: ¿Cuántas veces ocurre? Tiene que ver con el sujeto.
-Evidencia: Conocimiento que se tiene del tema. No tiene que ver con el sujeto.

El próximo día trataremos como cambiar las creencias a partir de todo lo que hemos hablado hasta ahora.


martes, 1 de marzo de 2016


3 eliminatorias jugando el partido de ida fuera de casa y 1 en casa. 4 eliminatorias casi solventadas en ese partido. Ahora quizás no le damos la importancia y apreciamos la dificultad real de lo que está consiguiendo, pero solventar una eliminatoria de Champions en el partido de ida es algo fuera de lo común.

1-2 contra el Manchester City, 1-3 contra el PSG, 3-0 frente al Bayern Munich y 0-2 contra el Arsenal.

Lo del Barça de Luis Enrique en la Champions empieza a tomar tintes casi épicos. Porque sí, conseguir lo que está consiguiendo en las eliminatorias y más aún fuera de casa no es algo normal. Para ponerlo en consideración, el gran Barça de Pep Guardiola en eliminatorias de Champions fuera de casa tan solo logro 3 victorias en 12 partidos. Así que encarrilar en el partido de ida una eliminatoria de este nivel, teniendo en cuenta el nivel de los rivales que le han tocado es algo fuera de lo común.



Luis Enrique ha conseguido hacer de su Barça un equipo que intimida por su delantera, pero sobre todo, un equipo con unos movimientos muy trabajados para compensar que esa delantera no siempre ayude al resto del equipo en transición defensiva y que se compensen esos movimientos hacia zonas interiores de Messi y Neymar con movimientos contrarios de Iniesta o Rakitic (sobre todo el trabajo de éste último, aunque poco valorado, es fundamental).

El año pasado el Barça se enfrentó al campeón de la Premier, al campeón de la Ligue 1, al campeón de la Bundesliga y al campeón del Calcio. 3 campeones se quedaron sin opciones en el partido de ida y el último disputó la final y tuvo sus opciones pero si fuese un partido a ida y vuelta habría quedado sentenciado igualmente (3-1 favorable al Barça).

Pep Guardiola se caracterizaba por tomarse los partidos de ida, sobre todo los que se juegan fuera de casa, con bastante paciencia y cautela, teniendo en cuenta que un empate con goles fuera te da muchas opciones por el valor doble de los goles en campo rival en caso de empate. Por eso su Barça, uno de los mejores equipos de la historia, no daba esa sensación de avasallar al rival en el resultado final como éste Barça de Luis Enrique.

Porque ésta semana pasada hemos visto un partido enorme. Con opciones para ambos equipos, un Arsenal muy competitivo y con opciones de victoria…. Y aún así nos vamos al partido de vuelta con la sensación de que la eliminatoria (en caso de no haber sorpresa mayúscula) está sentenciada. El Bayern Munich el año pasado se vio avasallado en el Camp Nou y el City se fue con posibilidades al partido de vuelta por un error puntual en los últimos minutos de partido.



¿Y esto todo lo ha conseguido el técnico que hace 13 meses estaba en la cuerda floja? ¿Cómo lo ha conseguido?

Algunas voces consideraban que Luis Enrique no era un gran técnico por haberse “bajado los pantalones” tras la polémica derrota en Anoeta con Leo Messi en el banquillo y su posterior falta a un entrenamiento. Consideraron esto porque desde aquel partido dejó de rotar a su gran estrella, además de abrir más la mano con el reglamento de régimen interno del equipo y dar mayor libertad a su delantera en el campo. ¿Esto es realmente fallar como entrenador? ¿O simplemente hizo lo que creía mejor para su equipo? ¿Acaso darse cuenta de que su idea no es la más adecuada para lograr sus objetivos y cambiarla es algo negativo?

Lo único que podemos valorar de forma real son los resultados desde entonces, y estos, son impresionantes: 5 títulos y actualmente un record de 34 partidos consecutivos sin conocer la derrota, incluyendo una vuelta completa de liga…. Impresionantes.
Todo esto lidiando con la sanción de Luis Suárez y la imposibilidad de fichar, teniendo que inventarse nuevas posiciones para algunos jugadores y completando la convocatoria con muchos jugadores del filial en muchas ocasiones.

El año pasado el pase de rosca de Messi y este año sin duda la actuación general de la llamada MSN están siendo lo mejor del Barça de Luis Enrique. En una competición como la Champions, en la que nadie ha logrado repetir triunfo, porque el nivel de los rivales es excepcional, porque una plaga de lesiones a partir de febrero te deja casi sin opciones, porque un mal partido en tu casa te deja solo con la opción de remontar fuera, por el alto nivel de exigencia al jugar entre semana en Champions y en fin de semana la liga local…. Y sobre todo por eso llamado “la magia de la Champions”, que no te permite un solo tropiezo, díganselo al Bayern de Pep o al Madrid de Mourinho.

Una competición en la que Luis Enrique parece moverse como pez en el agua, saliendo a resolver desde el primer partido de cada eliminatoria, pero no saliendo al ataque en plan suicida. Este Barça en Champions sale con una confianza desmesurada, no una confianza que te hace relajarte, si no una confianza en el plan, una confianza en su delantera, una confianza en que aunque las cosas no estén saliendo, ya habrá minutos en las que salgan….

Este último Barça, parece sufrir en algunos partidos, alterna etapas de dominio absoluto y gran inspiración ofensiva, con minutos donde parece más fácil el gol del rival, pero el asume este plan, asume que el también tendrá sus minutos y sus ocasiones y que con la diferencia de nivel entre su delantera y la de los demás equipos acabará ganando. Y así está siendo. Un Barça ultracompetitivo, un Barça al que los ves sufrir contra el Celta en el Camp Nou y que en la segunda parte marca 5 goles, un Barça que sufre para hacerle daño al Arsenal en el Emirates y acaba ganando 0-2…. Éste es el nuevo Barça, un equipo empujado por el nivel de confianza que le da su fútbol, un equipo que sale a los partidos sabiendo que si no pasa nada raro, acabarán sonriendo.



Y todo esto es mérito de Luis Enrique. Un técnico que pasó de estar más fuera del equipo que dentro en Enero de 2015 y de que Messi y Neymar no tuvieran buena relación con él, a ganar el triplete, dos títulos más ésta temporada, llevar 34 partidos sin conocer la derrota, tener una plaza en la final de Copa del Rey y pie y medio en cuartos de final de Champions.


Todo esto se resume en: mantener la confianza en el cuerpo técnico aunque las cosas no estén saliendo como a nosotros nos gustaría. 
 
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