miércoles, 29 de junio de 2016


El 27 de Junio de 2016 será recordado no como el día en que Argentina perdió la final de la Copa América Centenario contra Chile. No. Será recordado como el día en que Leo Messi falló un penalti en la tanda que le podía dar el título a Argentina. Será recordado por sus lágrimas posteriores. Pero sobre todo, será recordado por su posterior renuncia a seguir en la selección argentina.

"Para mí se terminó la selección. Ya lo intenté mucho, me duele no ser campeón con Argentina y me voy sin lograrlo. Son cuatro finales las que me tocó perder, tres seguidas. La verdad que es una lástima, pero tiene que ser así.”



Con éstas palabras se terminó (al menos de momento) el periplo de Leo Messi por la selección argentina. Y por primera vez Argentina pudo ver en el rostro de su estrella esos sentimientos que tanto decían que le faltaba. Por primera vez Argentina pudo ver llorar, sufrir y sobre todo, la soledad de Leo Messi. ¿Por qué se siente sólo? ¿Por qué se va?
‘La Roja’ chilena no sólo se hizo con el título, sino que volvió a poner frente al espejo a una selección albiceleste que de nuevo quedó al amparo de Leo Messi. Por tercera final consecutiva, Argentina no tuvo de quien tirar más allá de su estrella, y fue Chile, quién si no, quien así lo certificó.

Messi siente que a él se le exige más que a los demás. Siente que debe ganar un Mundial o una Copa América para ser digno de llevar ese 10 en la camiseta que antes que él portó “el pelusa”. Jugar a fútbol bajo ese nivel de exigencia (el más alto que te puedes poner) es algo casi insoportable. Sólo la victoria te vale, y ni siquiera eso te dejaría satisfecho, ya que era lo único esperable: solo valía ese resultado, era lo esperado.

En el Barcelona, a pesar de su condición de líder del equipo, reparte más esa responsabilidad al contar con jugadores como Luis Suárez, Neymar, Iniesta, Piqué…. En cambio en Argentina, nadie duda que Leo Messi es el crack absoluto a pesar de contar con jugadores como Higuaín, Agüero, Mascherano, Di María…. Argentina es un país que vive y muere por el fútbol, un país pasional en donde cuando su equipo gana es el mejor equipo del mundo y cuando su equipo pierde no vale para nada y hay que echarlos a todos.
Messi jugó una final apoteósica, un partido intocable, de una personalidad y arrojo que casi emocionan. Cogió cada balón a 50 metros y decidió que sería el último de su vida. Con mucho, el mejor partido de las tres finales... y a Argentina no le bastó. ¿Por qué? Pues porque nada de lo que le rodea, en estas circunstancias, es capaz de aportar algo que realmente le sirva a esa Selección no ya para ganar, sino para ser mejor. Argentina volvió a jugar lejos de portería, volvió a tener menos posesión que Alemania y las dos veces de Chile. Argentina no tiene capacidad de plantarse en una final y mandar. A Mascherano, Biglia, Rojo, Mercado, Di María, etc les falta calidad, jerarquía y en algunos casos, ambas cosas. Repito, siempre en el contexto de Argentina. Un contexto salvaje que además es tremendamente peculiar.



Las palabras de Maradona días antes no creo que hayan ayudado en ésta situación. Sentirse “despreciado” por un jugador al que admiras como todo argentino no tiene que ayudar en esta situación. Se siente sólo: sólo porque la AFA es un desastre organizativo, sólo porque la prensa argentina le culpabiliza de todo lo que le ocurre al equipo además de exigirle ser mejor que Maradona, sólo porque la afición necesita un título y sólo le vale ganar torneo tras torneo…. Y sólo porque no encuentra un compañero sobre el que repartir parte de esa pesada carga. Porque no nos engañemos, Argentina tiene muchos nombres pero pocos jugadores de auténtica élite: contamos a Di María, Mascherano y poco más. 

Pero, sobre todo, lo que siente Messi, es culpa. Sí, culpa. Culpa por no haberle dado a Argentina aquello que más desea que es un título. Messi se hace cargo, se ve responsable de no poder hacer feliz a su país. Siempre quiso jugar para Argentina pero no le puede dar una alegría. Se culpa de esas 3 finales en las que no ha podido corresponder a su país ganando un título que no ganan desde 1993. Pudimos verlo al acabar la final con Chile: un Messi inconsolable, llorando con la mirada perdida, con ese sentimiento de oportunidad perdida. Y van 3.

Y Leo Messi lloró, y Argentina comprendió que estos años con un % de victorias superior al 90% había sido una fantasía: siempre han criticado a Messi pero en el fondo sabían que sin el ésta fantasía no se habría hecho realidad y ahora se dan cuenta del daño realizado en el corazón de Leo.



Messi debería plantearse su decisión por un tiempo y sobre todo, si volviese a jugar con la selección, replantearse su manera de enfocarla: nadie puede jugar y ganar con una mochila tan pesada a la espalda. Simplemente, disfrutar jugando, igual que disfruta en su querida Barcelona. Sonreír. Sonreír celebrando un gol y no celebrarlo con rabia de toda la tensión acumulada.


Y si finalmente Messi no vuelve a la selección, nos daremos cuenta de que, en ocasiones, hasta el mayor héroe que ha existido jamás también muere. Y es que, si recordamos, Superman también acabó cayendo a manos de Doomsday. Leo Messi, el kryptoniano del Camp Nou.

miércoles, 15 de junio de 2016


¿Qué le pasa a James? En la plantilla actual del Real Madrid hay pocos futbolistas con tantas condiciones para jugar al fútbol como él. Y eso es algo que el propio James sabe. En esa plantilla también hay pocos futbolistas que durante la pasada temporada se hayan esforzado menos que el 10 colombiano para ganarse un hueco en el once. Y eso es algo que en la plantilla saben todos menos James, por lo que se ve.
En su primer año en el Madrid hizo lo más difícil: sobreponerse a las dificultades de adaptación a un club con semejante nivel de exigencia, y triunfar en toda regla. Pero la pasada temporada fue un fracaso para él y todavía no ha hecho la autocrítica necesaria para asumir su responsabilidad, apretar los dientes y redoblar esfuerzos. Sigue buscando culpables en los dos entrenadores que ha tenido, o en supuestos tratos de favor a otros jugadores, o en agravios que no son tales. Sigue buscando excusas.



            James todavía no ha entendido que la culpa de lo que le pasa a James sólo la tiene James. Para lo bueno, pero también para lo malo. Zidane lo intentó cuando se hizo cargo del equipo, pero desistió al ver que el de Cúcuta no le respondía.   
            En cambio, es enfundarse la camiseta de la selección cafetera y todo cambia para James. Aquellas cosas que no consigue hacer el en Madrid, en Colombia le sale con fluidez total: disparos lejanos, pases milimétricos, llegada al área, centros medidos, personalidad para decidir partidos…. Todo eso aparece con Colombia, por lo que nos queda claro que no ha desaparecido. Por tanto…. ¿Qué le pasa a James?
            Ahora mismo, James cree firmemente que en el Madrid no está recibiendo el trato que se merece por sus declaraciones, y que en cambio en Colombia se siente querido y disfruta jugando a fútbol. En muchos casos, las creencias son subconscientes y afectan a la percepción que tenemos de nosotros mismos, de los demás y de las cosas y situaciones que nos rodean.
            Un punto importante: cuando una creencia se instala en nosotros de forma sólida y consistente, nuestra mente elimina o no tiene en cuenta las experiencias que no casan con ella. Son una fuerza muy poderosa de nuestra conducta. Si alguien realmente cree que puede hacer algo, lo hará, y si cree que es imposible hacerlo, ningún esfuerzo por grande que éste sea logrará convencerlo de que se puede realizar. Ahora mismo James está en ese punto: el cree que con el Madrid se está siendo injusto con su trabajo y que no puede rendir como debería.



            Lo que le está pasando factura es todo aquello externo a él. Aspectos que él no puede controlar como son la prensa, los rumores, sus actividades fuera del campo… Como son la lesión, su altercado con la policía, los rumores sobre salidas nocturnas, el sobrepeso, pobre nivel de entrenamiento… Todo esto son aspectos que no tienen que ver con él, ya que le vienen desde fuera, pero que le están minando moralmente haciendo que su estancia en Madrid esté siendo complicada. Por eso cada vez que va convocado con Colombia es una liberación para él: fuera toda la mala prensa, rumores, aspectos externos…. Para centrarse única y exclusivamente en aquello que importa: la competición y el partido concreto. Y los resultados están ahí. No soy muy fan de sacar datos estadísticos porque no siempre reflejan aquello que queremos mostrar (debido a la influencia de muchos factores) pero aún así vamos a centrarnos en un dato:

·         Estadística en el R.Madrid en la temporada 2015-2016: 32 partidos, 8 goles.
·         Estadística con Colombia en la Copa América 2016: 3 partidos, 2 goles.

Aunque los datos con Colombia sean de una muestra muy pequeña, lo que queda claro es que el nivel de influencia en el juego con Colombia es mucho mayor al que ha podido tener en el Real Madrid, ya que, a pesar de su bajo rendimiento, ha disfrutado de bastantes minutos, ya fuese como titular o como suplente.

Y es que…hacer especial una situación es la peor forma de afrontarla. Pensar que lo que haces habitualmente no te va a llegar para cumplir tu objetivo no te beneficia de ninguna manera. Primero porque siembras la duda en tus capacidades y segundo porque hacer de forma diferente algo que tienes entrenado de una manera determinada sin haberlo ensayado antes tiene poca probabilidad de salir bien.

Lo que él debe hacer es poner su atención y sus esfuerzos en aquellos aspectos que pueda controlar, centrarse en aquello que él puede manejar y donde no hay nada externo: nivel de entrenamientos, rutinas antes de entrenar y antes de los partidos, establecerse objetivos de entrenamiento que le sirvan para los partidos (como por ejemplo, realizar desmarques de ruptura, jugar a un determinado número de toques, mantenerse en movimiento y mirando el balón en las jugadas a balón parado…) y mantener la concentración durante los entrenamientos y los partidos en esos aspectos que se ha podido establecer el mismo o con ayuda de su entrenador en función de lo que éste ve.

Si cuida en cada entreno, en cada partido, que ese rendimiento sea perfecto, llegarán los resultados antes o después porque estamos jugando con la suerte, con la buena: la que hace que te lleves el premio. Pero no se puede descuidar ni un solo segundo y debe darlo todo cada día para propiciar que su rendimiento haga su trabajo. Es más difícil levantarse tras caer, seguir luchando por lo que te mereces, pero tiene mucho más mérito. Con Colombia demuestra que puede ser ese jugador importante que le vimos en su primera temporada en España, por lo que no hay motivo controlable por su parte para que no pueda mantener ese rendimiento en el Real Madrid o en el equipo donde juegue. 


 
© 2012. Design by Main-Blogger - Blogger Template and Blogging Stuff